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Dificultades Auditivas

​



Concepto

 

Una primera aproximación, basada en las dificultades que se presentan para la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva, establece dos categorías:

 

1ª. Audición deficiente (35 – 69 dB), pero funcional para la vida ordinaria. Hace difícil, pero no imposible, la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva, generalmente con ayudas protésicas. Casi siempre, va acompañada de dificultades de articulación, vocabulario, etc.).

2ª. Audición no funcional (70 dB o +) para la vida cotidiana y no posibilita la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva, pero si por la visual.

 

Los pronósticos, la rehabilitación, la educación, etc.,  pueden ser completamente diferentes de una persona con dificultades auditivas a otra. Esto dependerá:

 

1. De la localización de la lesión: Si se localiza en el oído externo o medio es una sordera conductiva; si la lesión esta en el oído interno es una sordera perceptiva. Si la sordera afecta a ambas partes es mixta. Y si son las vías auditivas las lesionadas es una sordera central.

 

2. Del grado de pérdida:

 

 

 

 

3. Del momento en el que se produce la pérdida: Antes de la adquisición del lenguaje (prelocutiva) o después (poslocutiva).

4. Otros factores: Como la detección temprana, el nivel intelectual, la implicación familiar, alteraciones asociadas, etc.

Localización de la lesión

Pérdida_de_audición.png
Localización_de_la_lesión.jpg
Grado de pérdida auditiva

o nivel de audición

 

El nivel de audición se determina por la curva audiométrica tonal, que se mide en decibelios (dB). Un decibelio es el mínimo incremento de energía sonora que el oído humano es capaz de percibir. La prueba no es fácil de hacer a niños pequeños, puesto que se necesita su colaboración y, a la hora de llevarla a cabo, hay que tener en cuenta sus edades, sus capacidades psicológicas y sociales, y su participación.

         Las pruebas de uso generalizado son:

 

1. La audiometría tonal: Se vale de tonos puros de distintas frecuencias para realizar la medición.

 

2. La audiometría verbal: Complementa la anterior empleando las palabras como material, por lo que es necesario la experiencia lingüística. Consiste en presentar a la persona una lista de palabras o frases que debe repetir y el número de respuestas correctas se anota en un gráfico, en el que, en un eje, se representan las intensidades y, en el otro, el porcentaje de palabras repetidas correctamente.

La cantidad de sonido que el ser humano necesita para empezar a oír, es mayor en la zona de los graves y de los agudos, y menor en la zona media. El umbral de audición, es el punto donde el sujeto percibe el sonido.

Identificación temprana

Su principal objetivo es introducir, lo ante posible, las medidas educativas adecuadas que puedan mitigar las consecuencias del daño auditivo. Teniendo en cuenta que, en la niñez, es cuando se aprende mejor el lenguaje; por ello, una identificación temprana es sumamente importante.

Diferentes estudios ponen de manifiesto que esto no ocurre con frecuencia; por lo cual, el niño adquiere retrasos irremediables en la adquisición del lenguaje. La identificación temprana en los lactantes es muy necesaria e importante y, para llevarla a cabo, existen cuatro posibilidades:

 

1. Exámenes auditivos profilácticos en la maternidad.

2. Elaboración de un fichero de riesgos de todos los recién nacidos, en los que se sospeche un daño auditivo.

3. Instrucción de los especialistas médicos que tengan contacto con los recién nacidos, sobre los indicios de un eventual daño auditivo.

4. Indicación, a todas las madres, de observar atentamente las reacciones auditivas en sus bebés.

 

La audiometría por discriminación (a partir del 6 mes)

y la audiometría por el juego (a los 30 meses), son algunos de los métodos más usados con bebés

y en la Educación Infantil.

Sistemas de comunicación

 

Se pueden observar los siguientes sistemas:

orales, gestuales y comunicación total.

 

1. Sistemas orales (oralismo)

 

Su objetivo es la adquisición de la lengua oral y escrita que se habla en el entorno del sordo, aprovechando, si es posible, los restos auditivos y la lectura labial. Los métodos orales más generalizados son el sistema verbotonal y la lectura de labios

 

1.1. Sistema verbotonal:

 

Esta basado en el aprovechamiento y optimización de lo restos auditivos. Se trabaja con un aparato llamado Suvag, dotado de moderna tecnología para el filtrado del sonido, que actúa como seleccionador, amplificador y codificador de los sonidos, ayudando al sordo a entender los escasos sonidos que le llegan. Se recomienda una detección precoz para obtener mejores resultados.

 

1.2. Lectura labial:

 

Consiste en reconocer las palabras y captar el mensaje a partir de los movimientos y posiciones de los órganos articulatorios visibles del interlocutor. La comprensión debe de completarse con la “suplencia mental”, valiéndose del contexto y el conocimiento del idioma. El esfuerzo es constante y produce fatiga; además, si el sordo deja de mirar, se pierde en la conversación.

 

2. Sistemas complementarios de comunicación oral

 

Son lenguajes artificiales creados con una doble intencionalidad: reducir los problemas comunicativos y apoyar el acceso al lenguaje oral.

 

2.1. Bimodal:

 

Utiliza el lenguaje de signos al mismo tiempo que se habla, siguiendo el orden y estructura del lenguaje oral. La información se expresa por dos canales distintos. Trata de facilitar al sordo la comunicación con su entorno oyente y acercarle al aprendizaje del lenguaje oral.

 

2.2. Palabra complementada:

 

Es un sistema complementario de la lectura labial, que elimina las ambigüedades de la interpretación del movimiento de los labios. Consiste en ocho configuraciones manuales que se utilizan en tres localizaciones alrededor de la boca, de manera que los fonemas diferenciales pueden ser distinguidos por la posición de la mano. Favorece la comprensión del lenguaje oral, así como el acceso a la lectura.

 

3. El lenguaje de signos (gestualismo)

 

Es utilizado por la mayoría de las personas sordas. Está considerado como su lengua materna. Es fácil y rápido de aprender, y facilita la comunicación del niño sordo desde sus primeros años, y, en este caso, las pautas evolutivas son semejantes a las del niño oyente, cuando aprende el lenguaje oral. Es considerado un verdadero idioma, puesto que tiene sintaxis, vocabulario y capacidad para generar infinitas proposiciones.

 

Consiste en un sistema de símbolos que se producen con gestos manuales, del cuerpo, la expresión facial y los ojos. La combinación de los signos forma oraciones. Los elementos constitutivos, equiparables a los fonemas, son los “queremas” y son:

 

a) La configuración de la mano mientras

se desarrolla el signo.

b) El lugar donde la mano realiza el signo.

c) El movimiento que se desarrolla

para realizar el signo.

d) La orientación de la palma de la mano.

 

e) Los componentes no manuales.

 

Por último, señalar del lenguaje de signos que no es universal, no es icónico, no es tan solo gestos

y tiene gramática.

 

4. Comunicación total:

 

Se fundamenta en la idea de que la comunicación es antes que el lenguaje. Actualmente, se está imponiendo el desarrollo comunicativo–lingüístico y cognitivo al lenguaje oral. Se trata de utilizar todos los canales disponibles que fomente en el niño sordo una actitud positiva hacia la comunicación. Este sistema se propone:

 

1. Favorecer una expresión natural y propiciar

el desarrollo del lenguaje.

2. Permitir la elección libre del medio de comunicación

más idóneo en cualquier situación.

3. Auspiciar un lenguaje común basado, a la vez,

en el lenguaje gestual y el lenguaje oral.

4. Propiciar el desarrollo de la personalidad

y autorespeto del niño sordo.

Sordera.jpg
Partes_del_oído.jpg
Características, según el lugar donde se encuentre
la lesión

 

        Si la lesión está situada en el oído externo o medio (perforación de la membrana timpánica, destrucción de la cadena de huesecillos, fijación, ausencia o malformación de alguno de ellos, etc.) se trata de una sordera conductiva o de transmisión, porque impide a la onda sonora llegar al oído. Lo más probable es que el oído interno este intacto, con lo que una solución sería la quirúrgica o medicamentosa. En principio, quienes la padecen no son candidatos a la reeducación logopédica.

          Si la lesión está en el oído interno, es más difícil recuperar la audición a través de la cirugía; aunque se está intentando con los implantes cocleares. Este tipo de sordera, es la perceptiva, porque impide que la cóclea perciba los diferente sonidos. Además, cada zona de la cóclea entra en funcionamiento con frecuencias diferentes; las células que perciben los sonidos agudos, se lesionan antes que las que perciben las frecuencias graves.

 

         También, puede ser que la lesión se localice en el nervio auditivo o en el sistema nervioso central, que es más complicado, esto es una sordera central, que es realmente irrecuperable.

Momento de aparición
de la sordera 

 

La edad en la que aparece la dificultad auditiva, es de suma importancia para obserevar su impacto; en función de ella,  pueden darse:

  • Sordera Poslocutiva                  

  • Sordera prelocutiva:       

     - Deficiencia ligera (entre 20 y 40 dB)

     - Sordera media (entre 40 y 70 dB)

     - Sordera profunda (entre 70 y 90 dB)

 

1. Sordera poslocutiva: Cuando se produce la pérdida, la persona ya conoce el lenguaje sonoro y, por tanto, lo puede recordar lo que momorizó. Evidentemente, est dificultad provoca un efecto negativo en su vida.

2. Sordera prelocutiva: Aparece antes de la adquisición del habla, impidiendo el desarrollo espontáneo del lenguaje.

 

  • Deficiencia ligera prelocutiva (entre 20 y 40 dB): El desarrollo del lenguaje no hace sospechar ningún problema, quizás alguna dislalia. Aparecerán dificultades en la lecto-escritura y en la pronunciación de algunas palabras. Resulta necesario colocarse cerca de la fuente de sonido y, cuando aumenta la distancia, habrá mayor falta de comprensión; el alumno con esta dificultad se mostrará distraído, desatento y con bajo rendimiento escolar. Al niño le influira decisivamente su estatus faimliar: social, económico, cultural y educativo; ambiente en el que se desarrollará imitando los modelos de sus referentes próximos (sobre todo padres, hermanos y familia próxima) y distales (familia distal, amigos, comañeros, escuela, calle, medios de comunicación, etc.). Si estos ambientes son desfavorables, la sordera aumentará hasta convertirse en severa. Se necesitará la asistencia de logopeda para tratar las dislalias, el pobre vocabulario, etc.

      

  • Sordera media prelocutiva (entre 40 y 70 dB): No es obstáculo para la aparición espontánea del lenguaje, pero retrasa o paraliza su desarrollo en los años clave. La audición es funcional, pero altamente deficitaria. La intervención del logopeda es decisiva.

      

  • Sordera severa o profunda (entre 70 y 90 dB): Se caracteriza por la ausencia del lenguaje. La persona que la padece es incapaz de calibrar su voz, no tiene entonación expresiva, emite voces sin control, no tiene velocidad estable de emisión, puesto que no se oye a sí mismo si grita o no, o si lo hacen los demás. La perosana sorda no es conciente de que la palabra es el medio de comunicación de los demás. Su etiología puede ser hereditaria (producida por un gen) o adquirida (enfermedades -rubéola, etc.-, traumatismos, prematuridad, etc).

Desarrollo y aprendizaje del niño sordo

El niño sin deficiencia auditiva, empieza a escuchar en el vientre de su madre. Tras su nacimiento, su contacto con  la realidad lo realiza a través del oído y del la visión; aunque, este campo, sea bastante reducido. El recién nacido sordo sólo tiene contacto con la realidad a través de las relaciones táctiles y visuales. No tiene previsibilidad a través del ruido; por lo cual, los sucesos le llegan de forma abrupta, a menudo, por el contacto con su cuerpo.

 

Al niño sordo sólo le llegan restos del lenguaje oral. Con ellos, debe construir un sistema, la Lengua, de la que no posee la forma completa. En consecuencia, la comprensión y producción del léxico es lenta, reducida e inestable. Todas las carencias anteriores, dificultan la creación del lenguaje interior.

 

El niño sordo tiene problemas emocionales que provienen de situaciones de miedo, angustia e incomodidad; para él, su realidad es sólo la que está en su campo visual. Por eso, el sujeto sordo se vuelve desconfiado, inseguro, egocéntrico, arisco e incluso puede convertirse en un pequeño tirano, porque no entiende el porqué de las sucesiones de las cosas. No puede tomar fácilmente una conversación grupal o frena el ritmo de ésta.

 

El sordo no establece más relaciones (sonido – hecho) de las que ve. Esto impide la formación del desarrollo de la capacidad intelectual del sujeto. La realidad, la adquiere a través de las informaciones visuales que pueden ser incompletas o deficitarias y accede con mucha dificultad a lo abstracto y a los conceptos intelectuales. De ahí, la importancia de poner un sistema de comunicación alternativo a su alcance.

Opción lingüística
en el ámbito familiar

  • Los hijos sordos, de padres sordos, entran en contacto con el lenguaje de signos desde su nacimiento y serán hablantes naturales de signos. Este lenguaje de signos, al ser su primera lengua, alcanza gran precisión y riqueza. Crecen con confianza y seguridad en sí mismos, alcanzando buenos niveles cognitivos, lingüísticos, psicosociales y educativos.

 

  • Los niños sordos, de padres oyentes, que son la mayoría, al no tener un diálogo y un lenguaje adecuado, presentan, si no se remedia, problemas lingüísticos, intelectuales, emocionales y culturales. Los padres suelen preocuparse en exceso, lo que va contra del lenguaje de signos y de la integración de sus hijos.

 

  • Los niños oyentes, de padres sordos, son los más privilegiados, ya que crecen con el lenguaje de signos y el habla (bilingüismo). Se suelen encontrar a gusto en el mundo oyente y sordo. Suelen convertirse en intérpretes.

 

  • En definitiva, ser sordo no tiene por qué ser una desgracia, ya que desarrollando una lengua temprana, el niño puede tener un desarrollo similar al oyente.

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