Iramírez Psicología
Impacto del TDAH
El Déficit de Atención e Hiperactividad provoca un profundo impacto, tanto en la vida de las personas que lo padecen, como en las que conviven con ellos, siendo peor cuanto más severos sean los síntomas manifiestados.
El TDAH está asociado al fracaso escolar, a la dificultad para mantener relaciones familiares y sociales, al riesgo de conflictos, al abuso de sustancias, accidentes de coche, etc.
Existen multitud de factores que influyen negativamente en la calidad de vida de los niños con TDAH; por ejemplo: la falta de diagnóstico y tratamiento, la gravedad de los síntomas, los trastornos comórbidos asociados, la convivencia familiar, etc.
Como consecuencia, los padres suelen culpabilizarse de los problemas de su hijo y creen haber fracasado como padres en su educación; por lo cual, se sienten deprimidos y suelen aislarse socialmente.
El rendimiento escolar es uno de los temas que preocupan más a los padres, pensando en su futuro profesional, laboral y económico de sus hijos.
Los niños y adolescentes con TDAH presentan frecuentemente alteraciones de comportamiento en el colegio y dificultades para alcanzar un nivel de estudios satisfactorio;por jemplo, ciertas dificultades escolares, tales como: para atender las instrucciones, incapacidad para recordar lo que se ha aprendido, frecuente inquietud, movimiento continuo y la falta de control sobre las respuestas impulsivas, entre otras.
Sus principales problemas académicos suelen ser los siguientes: dificultad en la lectura y el cálculo, repeticiones de curso, expulsiones del aula, mayor número de suspensos, necesidad de ayudas para el estudio, clases de apoyo, etc.
Otra cuestión a destacar es la relativa a las relaciones personales, familiares, escolares o laborales y sociales.
Los niños con TDAH tienen menos oportunidades de relacionarse con los demás; por ejemplo: que los inviten a eventos, a participar en actividades extraescolares, a crear relaciones duraderas con otros niños, a tener mejores amigos.
Los adolescentes con TDAH muestran un comportamiento muy particular en sus relaaciones ; por ejemplo: tienen relaciones sexuales de forma temprana, cambian constantemente de pareja, no utilizan anticonceptivos, tienen una alta proporción de enfermedades de transmisión sexual, mayor número de embarazos por debajo de los 20 años.
Los adultos con TDAH tienen relaciones de pareja poco estables, suelen durar poco tiempo y les cuesta mantener amistades a largo plazo.
La mejor forma de intentar reducir el impacto del TDAH es a través de su detección precoz, la cocienciación de padres y educadores, un tratamiento adaptado a las necesidades de cada niño y la mayor comunicación entre los padres y los diferentes profesionales implicados (médicos, psicólogos, docentes, etc.).
Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad
- TDAH -
Es un trastorno neurobiológico que aparece en la infancia, antes de los 12 años, frecuentemente ligado a otros. En las personas que lo padecen, el déficit de atención y la hiperactividad se muestra con una frecuencia e intensidad por encima de la media, para la etapa y edad de su desarrollo, lo que interfiere y deteriora significativamente su rendimiento escolar y sus relaciones familiares, escolares o laborales y sociales.
Normalmente, el TDAH suele detectarse al inicio de la Educación Primaria, cuando realmente comienzan las dificultades en el rendimiento escolar y aparecen disfunciones sociales.
Causas
Su origen aún se desconoce, aunque mejor cabría explicarlo en función de diferentes causas, formadas por un conjunto de factores genéticos y ambientales.
Se estima que el 76% de las causas del TDAH puede atribuirse a factores genéticos, asociados a determinados marcadores cromosomáticos en siete de los ocho genes identificados hasta el momento.
Entre los factores de riesgo asociados al TDAH, se pueden citar los siguientes: consumo de tabaco, alcohol y sustancias (heroína o cocaína) durante el embarazo, exposición intrauterina al plomo y el zinc, nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, encefalopatía hipóxico-isquémica, traumatismos craneoencefálicos en la primera infancia, infecciones del sistema nervioso central o la adversidad familiar y psicosocial, como: estrés, desavenencias matrimoniales o trastornos psicopatológicos de los padres y la interacción entre padres e hijos.
Síntomas
Ovbiamente, las características principales del TDAH son la falta de atención y el comportamiento hiperactivo-impulsivo. Se suele dar con mayor frecuencia en los hombres, aunque la forma de comportarse es diferente según el sexo; por ejemplo, los niños pueden ser más hiperactivos y las niñas pueden tender a ser menos atentas.
Existen tres subtipos de TDAH, según el predominio:
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De la falta de atención. La mayor parte de los síntomas son relativos a la falta de atención.
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Conducta hiperactiva/impulsiva. Los síntomas mayoritarios son de hiperactividad e impulsividad.
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Combinado. Dándose una mezcla de síntomas de falta de atención y de hiperactividad/impulsividad.
En los niños en los que predomina la falta de atención, se pueden observar las siguientes características:
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No prestan atención a los detalles.
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Se distraen fácilmente.
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Se olvidan hacer algunas tareas diarias del hogar.
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Les cuesta concentrarse en sus tareas o juegos.
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Tienen mucha dificultad para organizar las tareas y las actividades.
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Cometen errores por descuido en las tareas escolares.
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Tienen dificultades para seguir instrucciones y no logran terminar las tareas o los trabajos escolares.
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Parecen no escuchar, incluso cuando se les habla directamente.
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Pierden frecuentemente las cosas.
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Le desagradan las tareas que requieren concentración.
En los niños en los que predomina la hiperactividad e impulsividad, se pueden observar las siguientes características:
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Están continuamente movimiento.
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Les cuesta permanecer sentados.
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Están inquietos o dan golpecitos con las manos o los pies, o se mueven continuamente.
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Van de un lado para otro o trepan en situaciones inapropiadas.
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Tienen problemas para jugar o realizar actividades tranquilas.
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Interrumpen conversaciones, juegos o actividades de otros, o se entrometen en ellas.
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Tienen dificultades para esperar su turno.
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Hablan demasiado.
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Dan respuestas apresuradas o interrumpen a quien le pregunta.
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